Roma, la ciudad eterna. Así es conocida la capital italiana para muchos, y es que, perderse por sus calles es un auténtico viaje en el tiempo.  Roma fue la cumbre de la civilización romana, una de las más influyentes de la historia de todos los tiempos. Los monumentos antiguos perduran en la ciudad y la convierten en un verdadero museo al aire libre.

Uno de los enclaves históricos más importantes es, sin duda, el Coliseo Romano. Se trata de un lugar con 2.000 años de antigüedad, que tenía la capacidad para albergar más de 50.000 personas. En el Coliseo es donde se realizaban las populares luchas de Gladiadores en la antigua Roma. También era escenario de ejecuciones y de espectáculos de gran envergadura. 

No muy lejos del Coliseo, se encuentra otro de los tesoros antiguos de la ciudad, el Foro Romano, espacio donde tenia lugar la vida pública de Roma. Adentrarse en este espacio significa revivir en primera persona el esplendor que se vivió en el pasado. Una visita del todo obligatoria.

La ciudad de Roma también destaca por sus plazas y fuentes repartidas por toda la ciudad. La Plaza Navona, de arquitectura barroca, es de las más encantadoras.  Rodeada por imponentes edificios y repleta de artistas y músicos que dinamizan a la gente con su arte, es, junto con la Plaza del Popolo y la Plaza de España, una de las plazas más populares de la ciudad.

Paseando por las callejuelas del centro de Roma, nos encontramos con la fuente más famosa del mundo, la Fontana di Trevi. Se trata de una verdadera obra de arte, una monumental fuente que representa el canto a la vida y que costó más de 30 años construirla. Suele estar repleta de gente admirándola, por eso, recomendamos visitarla también de noche y apreciar su espectacular iluminación.

Además de monumentos, fuentes y plazas, Roma goza de un ambiente único y desenfadado, que se plasma a la perfección en el barrio de Trastevere. Las terracitas de los restaurantes, inundan las calles empedradas del barrio y lo convierten en un lugar mágico para degustar las populares pizzas y pastas italianas. 

Antes de terminar, no podemos salir de Roma sin conocer la Ciudad del Vaticano, la sede de la Iglesia Católica, declarada Patrimonio Mundial. Aparte de la imponente cúpula y la monumental Plaza de San Pedro, en el mismo Vaticano, se pueden visitar la famosa Capilla Sixtina o entrar a los Museos Vaticanos, lugar indispensable para los amantes de la cultura y la historia.

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